La comunicación es una habilidad esencial que influye en todos los aspectos de nuestras vidas, desde las relaciones personales hasta el entorno profesional. A menudo, no somos conscientes de la variedad de formas en que nos podemos comunicar o ni suiqera conocemos que estilo estamos empleando en nuestro día a día. Sin emabrgo, tengo que decirte cada tipo de comunicación tiene un impacto importante en cómo se acaba resolviendo los conflictos del día a día.
Es por eso por lo que hoy quiero hablarte de los diferentes tipos de comunicación que podemos utilizar, y de por qué la comunicación asertiva es la clave para crear relaciones saludables. Es un tema esencial que, si aprendemos a manejarlo, puede transformar nuestra vida cotidiana y cuidar nuestro bienestar.
Los 4 tipos de comunicación
Desde la psicología, se definen 4 tipos principales de comunicación presentes en cada una de nuestras interacciones sociales. Veamos cuales son:
1. Comunicación pasiva
La comunicación pasiva se caracteriza por la tendencia a reprimir lo que realmente la persona piensa o siente. Las personas que se comunican de esta manera tienden a poner las necesidades de los demás por encima de las suyas propias, generalmente por miedo al rechazo o al conflicto.
Aunque puede parecer que están evitando problemas, a largo plazo este estilo puede llevar a la frustración, incomodidad y a una sensación de no están siendo escuchados o de que sus necesidades emocionales no están siendo atendidas.
2. Comunicación Agresiva
La comunicación agresiva, por el contrario, es aquella en la que se imponen las propias opiniones, necesidades o deseos sin tener tanto en cuenta los sentimientos de los demás. En lugar de buscar un entendimiento mutuo, las personas que se comunican desde este estilo tienden a provocar confrontaciones, generando un conflicto mayor sin quererlo.
Este tipo de comunicación genera estrés y desconfianza en las relaciones, ya que la persona tiende a demandar y no tanto a ceder y, por tanto, suelen eclipsarse con sus propias necesidades emocionales.
3. Comunicación Pasivo-Agresiva
La comunicación pasivo-agresiva es una mezcla complicada entre estos dos estilos mencionados. Se caracteriza porque la persona expresar sus sentimientos de manera indirecta, a través de actitudes, comentarios sarcásticos, evasivas o manipulaciones sutiles.
Generalmente, su lenguaje no verbal (los gestos, tono de voz o actitudes) y el verbal (las palabras) no coinciden o dan mensajes contradictorios de enfado, por lo que el uso de este estilo suele crear confusión y una sensación de tensión constante. Como resultado, las necesidades emocionales quedan sin cubrirse y los los problemas sin resolverse, quedándose latentes y a la espera de salir de nuevo en un futuro de una forma más agresiva.
4. Comunicación Asertiva
Este es el estilo de comunicación que más nos interesa, y es el que propongo como clave para construir relaciones saludables y una vida emocionalmente equilibrada. Ser asertivo significa expresar nuestros pensamientos, sentimientos y necesidades de manera clara, honesta y respetuosa, sin caer en la pasividad ni en la agresividad.
Utilizar la comunicación asertiva no implica no enfadarse, sino expresar la ira de una manera en la que se respete tanto a los demás como a nosotros mismos. Este estilo no solo mejora la forma en que nos entendemos con los demás, sino que también nos ayuda a reducir el estrés y a aumentar nuestra autoestima.
La importancia de la asertividad
La comunicación asertiva es mucho más que una técnica o una forma de hablar. Es un estilo de vida más respetuosa y equilibrada para con los demás y tu relación con los que más quieres.
Algunos de los beneficios que recogen los principales estudios son:
- Fomenta el respeto mutuo: La base de cualquier relación sana es el respeto. Cuando te comunicas de manera asertiva, eres capaces de expresar tus necesidades sin atacar a los demás. Y al mismo tiempo, respetas las necesidades y los sentimientos de quienes te rodean. El respeto mutuo es la clave para crear vínculos sólidos y saludables.
- Mejora la autoestima: Practicar la asertividad fortalece tu seguridad y autoestima. Aprender a poner límites, a decir lo que necesitas y a defender tus opiniones sin miedo al juicio son algunos de los elementos que potencian tu amor propio. Con el tiempo, esto te permite sentirte más seguro y valioso.
- Reduce los conflictos: La comunicación asertiva facilita la resolución de problemas. Al ser claro y directo con las necesidades y emociones, puedes evitar malentendidos y confusión con tu pareja o personas de confianza. Cuando no temes expresar lo que sientes, los conflictos se resuelven de forma más sana y mucho más rápida, aunque eso te haga sentir algo vulnerable.
- Fomenta relaciones más saludables: Cuando te comunicas asertivamente, las relaciones se vuelven más genuinas y satisfactorias. La honestidad y el respeto son los pilares de una relación duradera, y la asertividad crea un espacio para que ambas partes podáis expresar vuestras opiniones y deseos libremente.
- Mejora el manejo del estrés: Si algo sabemos sobre la ansiedad y el estrés es que las emociones reprimidas no hacen más que aumentar la tensión interna. La comunicación asertiva te permite liberar tus emociones, reducir la carga emocional y, como resultado, vivir de manera más tranquilo contigo mismo.
Conclusión
Como hemos visto, la comunicación asertiva no solo mejora las relaciones interpersonales, sino que también ayuda a vivir de forma más plena y satisfactoria. Practicarla día a día puede ser el cambio que necesitas para sentirte más seguro, entendido y respetado en tus interacciones. Si te animas a poner en práctica estos consejos, pronto verás cómo tu capacidad para comunicarte de manera efectiva puede transformar tu vida emocional.
Referencias
García, S., y López, M. (2020). La comunicación asertiva como herramienta para el desarrollo personal y social. Revista Española de Psicología, 37(2), 210- 225.
Sánchez, J., y Pérez, A. (2021). Estrategias de comunicación efectiva en la resolución de conflictos: Un enfoque asertivo. Journal of Behavioral Sciences, 25(1), 45-58.
Martínez, R., y Ortega, M. (2022). Asertividad y su impacto en la salud emocional: Un estudio longitudinal. Revista de Psicología Aplicada, 42(4), 401-416.