Si alguna vez te has planteado iniciar un proceso terapéutico, es probable que te hayas preguntado qué implica exactamente ir a terapia, cómo se desarrolla este proceso o incluso qué cosas se trabajan o de qué cosas vas a tener que hablar con tu psicólogo/a.
Es por eso que en este post te cuento de forma clara y sencilla las fases de una terapia psicológica general. Ten en cuenta que este proceso puede variar dependiendo de la corriente psicológica que el terapeuta utilice, es por eso que las fases que te voy a contar a continuación pertenecen al enfoque más extendido y común en España: el Cognitivo-Conductual (TCC).
Fases de la terapia psicológica
1. Evaluación y Establecimiento de Objetivos
Toda terapia comienza con una fase de evaluación, donde el terapeuta se toma un tiempo para conocer tu situación personal y emocional. Este es el momento de hablar sobre lo que te ha llevado a la consulta, de lo qué te preocupa, de cómo te está afectando tu vida diaria, de cómo te hace sentir, qué apoyos tienes que te ayuden a sobrellevarlo o de si has intentado emplear alguna herramienta para paliarlo. Aunque también hablaremos sobre tu pasado (¿desde cuándo crees que te pasa o con qué crees que está relacionado?) y sobre tu futuro (¿qué expectartivas tienes con respecto a la problemática?).
A través de una serie de preguntas, conversaciones y, a veces, cuestionarios o pruebas, lo que se pretende es obtener un panorama claro de lo que estás experimentando. El objetivo aquí es identificar las áreas de tu vida que necesitas mejorar para que, en la siguiente fase, podamos ir al grano y trabajar desde una forma que se ajuste a ti y a tu problemática.
Una vez que se ha recogido toda esta información, estableceremos juntos unos objetivos: ¿Qué esperas lograr en el proceso terapéutico? ¿Qué cambios deseas experimentar en tu vida?
Este proceso de evaluación puede durar entre 3 y 5 sesiones aproximadamente. Aunque, como te he comentado antes, esto puede variar según la corriente psicológica y el estilo del propio terapeuta.
2. Intervención y Tratamiento
En esta fase es cuando el proceso terapéutico entra en acción. Dependiendo del enfoque que utilice el terapeuta, las herramientas y estrategias pueden variar, pero en general, aquí es cuando se comienza a trabajar activamente en los aspectos que afectan a tu bienestar.
Uno de los pilares de esta fase es la psicoeducación, en donde el objetivo es ayudarte a comprender cómo tus pensamientos, emociones y conductas están conectados, y cómo se influyen mutuamente en cada una de las situaciones que te generan malestar. Este conocimiento te permite empezar a identificar patrones que tal vez no habías notado antes, como pensamientos negativos que desencadenan reacciones emocionales o conductas que retroalimentan esos mismos pensamientos.
Una vez identificados esos pensamientos disfuncionales, el objetivo es modificarlos a través de herramientas que van a desafiar y reemplazar esas creencias limitantes, buscando formas más realistas y equilibradas de ver las situaciones.
Otros de los pilares de esta fase es el apendrizaje de habilidades prácticas para tu día a día, como técnicas de relajación, control del estrés y estrategias para regular tus emociones. El objetivo es que, poco a poco, vayas sintiéndote más capacitado para manejar situaciones difíciles y desafíos emocionales de una manera más saludable.
Además, es fundamental que pongas en práctica lo aprendido durante la terapia en tu vida cotidiana, por lo que no te asustes si tu psicólogo/a te manda tareas para realizar fuera de consulta. Esto te servirá para afianzar lo que has aprendido y te animes a aplicar las técnicas aprendidas en la consulta en aquellas situaciones reales, de tal forma que puedas notar cambios tangibles en tu bienestar.
3. Prevención de Recaídas y Mantenimiento
Una de las metas principales de la terapia es que puedas continuar aplicando las herramientas y estrategias aprendidas, incluso después de que las sesiones hayan terminado. Por eso la última fase, de prevención de recaídas, es esencial para asegurar que los avances conseguidos sean duraderos.
Durante esta etapa, el objetivo es que puedas identificar situaciones de riesgo o señales de advertencia que puedan hacer que los antiguos patrones de pensamiento o conducta vuelvan a surgir y así sientas que estás preparado para intervenir de manera temprana.
El mantenimiento es un proceso continuo en el que se fortalecen las habilidades adquiridas. Aunque puedas sentirte mejor y más capaz de enfrentar las dificultades, siempre será importante seguir trabajando en tu bienestar emocional.
Beneficios de ir a terapia psicológica
Acudir a terapia psicológica no solo ayuda a resolver los problemas emocionales que te puedan afectan en el presente, sino que también te permite adquirir una serie de beneficios que contribuyen a tu bienestar y crecimiento personal. Algunos de los principales beneficios de la terapia psicológica incluyen:
- Autoconocimiento y comprensión emocional: La terapia te brinda la oportunidad de conocerte mejor, explorar tus emociones y pensamientos, y comprender cómo estos influyen en tu comportamiento. A medida que avanzas en el proceso, desarrollas una mayor conciencia de ti mismo y de tus necesidades emocionales.
- Mejora de la salud mental: Abordar y tratar problemas como la ansiedad, la depresión o el estrés puede mejorar significativamente tu bienestar emocional. La terapia te proporciona herramientas para manejar las emociones difíciles y reducir su impacto negativo en tu vida.
- Manejo del estrés y las emociones: La terapia te enseña técnicas efectivas para regular tus emociones, controlar el estrés y aprender a responder de manera más adaptativa ante las dificultades de la vida.
- Fomento de relaciones saludables: Al trabajar en ti mismo, es posible mejorar la calidad de tus relaciones personales, familiares o profesionales. La terapia puede ayudarte a desarrollar habilidades para la comunicación, la empatía y la resolución de conflictos.
- Aumento de la autoestima y confianza:A lo largo de la terapia, muchas personas experimentan un aumento en su autoestima y confianza, lo que les permite tomar decisiones más saludables y enfrentar la vida con mayor seguridad.
- Prevención de futuros problemas emocionales: La terapia no solo trata problemas actuales, sino que también te ayuda a prevenir futuros episodios de malestar emocional. Aprenderás a identificar señales de alerta y a manejar de forma efectiva cualquier desafío emocional que surja.
Conclusión
El proceso terapéutico es un viaje único y personal, y las fases que he descrito son solo una guía general. Dependiendo de la corriente psicológica que utilice el terapeuta, el proceso puede tener ligeras variaciones. Sin embargo, lo importante es que, a lo largo de todas las fases, trabajarás para adquirir las herramientas necesarias para gestionar tu salud emocional y sentirte más equilibrado y resiliente ante los retos del día a día.
Si estás considerando iniciar un proceso terapéutico, recuerda que cada paso cuenta. Desde el primer momento, estarás invirtiendo en ti mismo y en tu bienestar emocional. No dudes en dar ese primer paso y buscar el acompañamiento adecuado para ti.
Referencias
Hofmann, S. G., & Hayes, S. C. (2020). The future of intervention science: Process-based therapy. Clinical Psychological Science, 8(1), 20-30.
Organización Mundial de la Salud. (2022). Integrating CBT into mental health systems in low-resource settings.
Center for Cognitive Therapy, Perelman School of Medicine at the University of Pennsylvania. (2023). Cognitive-behavioral therapy: A cornerstone for treating anxiety and depression.
Pérez Álvarez, M. (2018). Las terapias psicológicas de tercera generación como terapias contextuales. Revista de Psicoterapia, 29(110), 73-94.
NICE. (2021). Cognitive-behavioral therapy for the treatment of depression and anxiety disorders. National Institute for Health and Care Excellence Guidelines.